Editorial Fondo de Cultura Económica; 129 páginas.

Pedro Páramo es sin lugar a duda un clásico de la literatura mexicana. Desde su publicación en 1955, ha cautivado a incontables lectores e inspirado a escritores como Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Kenzaburō Ōe y Susan Sontag, quien lo llamó “no sólo una de las obras maestras de la literatura universal en el siglo XX, sino uno de los libros más influyentes del siglo.” Parte de su éxito quizás se debe también al enigma que fue su autor. Juan Rulfo publicó en vida solamente dos libros, “Pedro Páramo” y la colección de cuentos “El llano en llamas”. Era tímido y reservado, no daba muchas entrevistas. Tenía un aura de misterio propio de alguien cuya obra fue breve pero magistral, aunque según allegados era bastante accesible y generoso con otros escritores.

La primera vez que leí Pedro Páramo tenía 15 años. En un intento de empezar a leer literatura “más seria”, tomé prestada la copia de mi madre y me dispuse a leerlo una tarde. No entendí nada. Ahora que lo releí – y que al terminar leí una vez más – me doy cuenta del porqué. Este es un libro que exige tu total atención. Si te distraes por un momento empieza a hablar un personaje que pensabas que era otro; te encuentras en el pasado y ni te habías dado cuenta. Hasta tiene un giro importante que puede pasar fácilmente desapercibido. Es un libro que definitivamente necesita de varias leídas ya que la historia está compuesta por escenas que ocurren en el presente y el pasado – ¿y el futuro? – que se intercalan y conviven en un mismo tiempo. Con escenas que aparecen varias veces, pero desde otra perspectiva, que no entiendes sino hasta páginas más tarde.

Es un libro sumamente atmosférico. Rulfo nos transporta al pueblo hostil y silencioso de Comala, donde el calor es tan intenso que cuentan que sus habitantes “al llegar al infierno regresan por su cobija”. Sus frases son lacónicas pero fuertes, frases que dicen más con menos, que prefieren lo sutil a lo explícito. Es un libro con una escritura engañosamente simple, “con un estilo tan cuidado que parece descuidado” como dijo Fernando del Paso.

La historia comienza con Juan Preciado, quien le ha prometido a su madre en su lecho de muerte que volverá a su pueblo natal de Comala para conocer a su padre. Su padre es Pedro Páramo, un hombre ruin que consigue todo lo que quiere – tierras, mujeres, poder – a base de trampas y violencia. Al llegar a Comala, Juan Preciado no ve mas que un pueblo olvidado y desierto, con habitantes que le hablan como si ya lo conocieran y se comportan de manera inquietante. En Comala pasa algo raro y pronto lo descubriremos.

En Pedro Páramo, Juan Rulfo nos cuenta la historia del pueblo desdichado de México – y del mundo – a través de Comala y sus habitantes. La historia de los opresores, pero sobre todo de los oprimidos. Los que, como dice Pedro Paramo, “no existen.” Más de medio siglo después y algunas cosas no cambian.

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