Editorial Debolsillo; 264 páginas. Traducción de Dolores Sierra y Néstor Sánchez.

Este libro está compuesto de tres relatos: “La edad de la discreción”, “Monólogo” y “La mujer rota”. En cada uno, una mujer se encuentra en un periodo de transición inesperado. Ya sea a causa de la antesala a la vejez, el rencor o una traición, todas primero rehúyen al cambio y después intentan racionalizar su sufrimiento con la esperanza de encontrar algún sentido. Todas, indiscutiblemente, para bien o para mal, en gran parte definidas por el matrimonio, la maternidad o su profesión, parece que se preguntan, ¿ha valido la pena todo esto?

En “La edad de la discreción” conocemos a una mujer que parece tenerlo “todo”. Una escritora a punto de publicar su nuevo libro, en un matrimonio longevo y estable, que vive en un departamento cómodo en París y tiene un hijo adulto que recién se ha casado. Sin embargo, la fachada reluciente de su vida comienza a agrietarse poco a poco. Su libro no recibe las críticas que esperaba, su hijo no toma las decisiones que ella hubiera querido y su matrimonio en lugar de estable parece cada día mas monótono y aburrido. Se trata de una mujer en vísperas del inicio de una nueva etapa de la vida, con la incertidumbre natural que provoca cualquier cambio, pero también con un sentimiento nuevo para ella: la desesperanza.

En “Monólogo”, el más corto de estos relatos, escrito al estilo del stream-of-consciousness, escuchamos el reclamo febril de una mujer con nada más que rabia y frustración por ofrecer. Una mujer llena de rencor después de una vida de decepciones que quizás ella misma se ha forjado, por una manía de alejar a sus seres queridos que parece irremediable.

En “La mujer rota”, escrito a manera de diario, una mujer narra la desintegración gradual de su vida tal y como la conocía. Al enterarse de que su marido le ha sido infiel, Monique pasa por una serie de crisis que la llevan a cuestionar su vida entera. Actualmente existen estudios científicos que confirman que terminar una relación puede sentirse similar a un duelo: aparece la negación, la ira, la negociación, la depresión y, después de algún tiempo, la aceptación. Monique no sólo se enfrenta a la pérdida de una pareja, sino a la pérdida de la percepción de sí misma. Después de una vida dedicada al hogar, con dos hijas adultas que se han marchado a trazar su propio camino y un marido que no ha resultado ser el compañero de vida que ella esperaba, Monique debe enfrentarse a la temida pregunta: ¿Y ahora qué?

Simone de Beauvoir, escritora y filósofa francesa perteneciente a la corriente del existencialismo, escribió una de las obras fundamentales del feminismo en “El segundo sexo”. En el conjunto de relatos “La mujer rota”, publicado en 1967, retrata las experiencias de un segmento de la población tradicionalmente ignorado (en especial en esa época), el de las mujeres en la madurez. Cabe mencionar que todas las protagonistas pertenecen a un grupo relativamente privilegiado: son mujeres blancas, heterosexuales y de clase media o media-alta. Aun cuando eso no le quita validez a sus argumentos en lo absoluto, significa también que aquí sólo vemos un punto de vista en particular. Una voz entre la multitud que hay por escuchar.

De cualquier manera, el mensaje de estos relatos se escucha fuerte y claro. La cultura popular sugiere que el matrimonio y la maternidad son partes indispensables de la felicidad y el éxito de una mujer. Simone de Beauvoir llega con estas tres protagonistas para decirnos ‘No te lo creas.’ Las cosas no son tan fáciles, la felicidad cuesta trabajo y la decepción es prácticamente inevitable. Una mujer no es sólo una esposa, ni sólo una madre, ni tampoco sólo la profesión que desempeña. Ojalá algún día lo entendamos de verdad.

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