Mientras escribo – Stephen King
Simon & Schuster (edición en inglés); 291 páginas.
Este libro es mitad memorias del autor, mitad consejos para quien aspire a convertirse en escritor profesional. Stephen King es un escritor estadounidense bastante prolífico. Un vistazo a su página de Wikipedia me dice que, entre novelas, cuentos y otros, ha publicado más de 100 libros y vendido alrededor de 350 millones de copias. Mientras escribo fue publicado en el año 2000, así que en ese tiempo eran menos, pero ya se habían publicado algunos de sus libros más populares (que después se convirtieron en películas) como Carrie, El Resplandor y Eso.
El autor nos cuenta sus inicios humildes viviendo con su madre y su hermano mayor después de que su padre los abandonó cuando tenía dos años, mudándose de una casa a otra porque no alcanzaba para la renta y usando ropa que le regalaban sus familiares. Una serie de infecciones que lo retuvo en casa lo llevó a perder el primer año de primaria, pero fue entonces cuando después de haber leído todos los cuentos y comics que pudo encontrar, empezó a escribir sus propias historias. Alentado por su madre continuó haciéndolo y nunca lo dejó.
El camino al éxito, como suele suceder, no fue fácil. Durante su adolescencia e inicio de su vida adulta Stephen enviaba constantemente sus historias a revistas con la esperanza de que fueran publicadas, pero al principio recibía sólo cartas de rechazo. Después, aunque seguía recibiendo respuestas negativas, las historias venían con algún comentario o sugerencia del editor, hasta que llegó el día en que comenzaron a aceptarlas. Tuvo muchos trabajos antes de convertirse en escritor profesional, algunos fáciles de imaginar como cuando fue profesor de literatura, pero también llegó a trabajar en una lavandería y como conserje de una escuela. Pero todas las experiencias terminan sirviendo de algo. Fue justo trabajando como conserje, cuando un día le tocó limpiar el baño de mujeres, que se le ocurrió la que se convertiría en una escena central de Carrie, la primera novela que publicó.
Sus consejos para convertirse en escritor van desde lo general hasta lo específico. Desde la importancia de la preparación y práctica constante (“Para ser escritor debes hacer dos cosas: leer mucho y escribir mucho”), hasta cómo encontrar un agente literario (aunque siendo un libro del año 2000 un par de sugerencias se han vuelto algo obsoletas). Sin embargo, sus consejos generales son aplicables a cualquier actividad: cómo superar el rechazo, el valor de la honestidad y, quizá lo principal, la importancia de hacer algo que te haga feliz, “Si lo puedes hacer por gusto, lo puedes hacer por siempre.”
No me considero fan de Stephen King, no porque no me guste sino porque no he leído muchos de sus libros. De hecho, solo he leído uno, El Resplandor, cuando estaba creo que en la preparatoria y lo saqué de la biblioteca (no lo metía en el refrigerador como Joey de Friends pero sí recuerdo que prefería leerlo acompañada). Por lo tanto, creo que no es necesario ser su admirador para poder disfrutar de este libro. Sus historias están tan presentes en la cultura pop que es fácil reconocer cualquier referencia. Al fin y al cabo, este libro trata de una persona que habla sobre lo que le apasiona y eso siempre resulta inspirador.
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